martes, 9 de diciembre de 2008

Instrucciones para mirar por el ojo de la cerradura 2da (09)

Para mirar por el ojo de la cerradura debe seguir varios pasos. En primer lugar, debe elegir la puerta (y por ende la cerradura) a observar. No todas las cerraduras son para espiar y no todas son las puertas son para abrir. Su elección debe ser equilibrada, justa. Hay cerraduras que no deben ser miradas, puertas que no deben ser abiertas y sujetos que no deben ser espiados. Si de todas maneras quiere transgredir la privacidad de lo prohibido, proceda. Pero tenga en cuenta las siguientes recomendaciones.
Es probable que en el momento de ejecutar la acción sienta confusión, no se alarme, son la ética y la moral escandalizando la conciencia, solo basta unas palabras fuertes de sugestión para reprimirlas.
Luego, comience arrodillándose. Verá que no es difícil si su peso es adecuado y sus piernas flexibles. A diferencia de lo habitual, usted no debe apoyar las palmas de sus manos sobre la puerta. No debe tener contacto alguno con ella. Evite hacer el menor ruido, no olvide que el que está del otro lado no debe enterarse de su presencia. Arrime el ojo que usted quiera pero recuerde dejar el otro ojo abierto, debe estar atento y conciente del peligro que la acción supone. Si cierra los ojos podría arrepentirse.
Llegado hasta aquí observe lo que ha alimentado su curiosidad, pero no por mucho tiempo. Lo que esta viendo puede atraer sus sentidos y cautivar su espíritu. Si esto ocurre aléjese. Sin darse cuenta puede usted estar del otro lado de la puerta y la muerte ya no sería una incógnita.